jueves, febrero 23, 2012

Palabras

Palabras que vienen y van, que son, que nacen bajo el trazo de una mano cuya mesa no importa dónde se ubique, que se desdibujan cuando pasa la ola...
Palabras que nacen de mujer, de vientre húmedo, de labios mordidos después de un beso, silentes con apenas trazos de voz, que nacen de todos los países posibles, que se cuelan bajo escenas en cámara lenta, con subtítulos en francés, en inglés, en español... que se inspiran en musas malditas que se van con el mejor postor, que se quedan en París, pero que vuelven por túneles sombríos bajo el mar y se instalan debajo de los leones en Trafalgar Sq.
Palabras que no son mías pero tampoco tuyas por que ¿qué es de alguien cuando queda público en la red? Aquellas que no son bellas por que bellas sólo las que se escriben con la sangre, pero que de sangre -sí- están también manchadas...

martes, febrero 21, 2012

Estonia

Here I come...

martes, febrero 14, 2012

Pensieve


Necesito respirar, las cosas se han subido hasta a los ojos y yo me he ido a buscar el cielo. Alcanzo a tocar las nubes con las puntas de los dedos y siento una corriente de aire que acaricia mis brazos, mi cara... está fría... se me escurre por la blusa y acaricia mis senos, se me escapa por los botones y me hace cosquillas...
Respiro.... y mis pensamientos terminan de escalar mi cuerpo y se empiezan a salir por mis dedos en formas de nubes, unas más claras otras más obscuras y el aire se las lleva y van y vienen en todas direcciones. Las observo ahora fuera de mi, se acomodan en completo desorden, apenas se distinguen las mortificaciones y los pensamientos felices, algunas se pintan de gris, otras de un tono más oscuro... se escurren por el cielo igual que se escurrían dentro, unas grandes otras pequeñas, pero todas hermosas, todas húmedas y todas parte de mi...

Levanto un poquito más mis dedos, pero ahora sin afán de tocar las nubes pues siento cómo es que la humedad me abarca de arriba a abajo y el aire empieza a mover la masa de niebla en la que me he convertido. Yo soy mis pensamientos.... y ahora no sólo son nubes, sino son cielo y yo soy cielo también.

martes, febrero 07, 2012


Busco entre mis fotografías una que me ayude a expresar lo que hoy quiero decir. Me decido por ésta, en la estación de la Luz, en Sao Paulo
"Siempre hay luz al fondo"


Me puse a escuchar a Bebé ésta mañana y me regresó a lo que había sentido antes y decidí que la próxima vez, no estaré. Que ya ha sido suficiente y que me niego rotundamente a volverlo a vivir, me aferro a la luz que ya llegó, que no esta más al fondo, que me envuelve ahora y se mete a mis pulmones y los llena, sin dejar resquicios enmohecidos. No sería sensato volver a la parte oscura del túnel, dónde lo único que me permitía seguir viviendo era esa luz al fondo, y la fe de que en algún momento la iba a alcanzar.

Y ahora, que me sonríes desde la oscuridad, que me hablas arrumacos en voz alta para que te escuche, que repasas mis labios con miel corrompida y que vas al sur buscando el borde de mi falda, no puedo sino dar vuelta y seguir andando hacia la luz.

En casa una vez más

En casa una vez más.

En la cocina una olla cruje, dentro la comida hirviendo. Un olor a jitomate con cebolla frita y un toque de ajo llena el ambiente y abre el apetito. Afuera ha empezado a oscurecer, es invierno y el sol corre pronto a esconderse sin importarle que yo esté aquí una vez más.

La voz de la Guerra llena el ambiente y promete ser de todo y me trae a la memoria promesas hechas ya hace tiempo, donde yo no conocía a la Guerra y ella no había escrito esta canción.

Prometo ser el cielo azul, la calle sola, el fresco aire de abril…


Donde yo volvía del otro lado del mar y tu estabas en la tierra en la que yo estoy esta tarde esperando que el sazón sea el justo para sentarme a comer.

Te cuidaré, era el papel de aquél que iba a trabajar por los dos mientras el otro escribía. Te cuidaré era el papel del otro que preparaba los alimentos mientras el otro trabajaba, haciéndose un huequito para cocinar entre los toques de las teclas de la máquina de escribir y los bultos de papel carta apilados aquí y allá. Y de papel también era el barco ¿o era avión? Que juntaría al uno y al otro en aquél manicomio junto al mar, en aquél Veracruz que me engendró -como a ti Canadá- donde no era invierno y no hacía frío como esta tarde donde el único calor que le llega a mi piel viene de la olla que se calienta en la hornilla.
Miss you.
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