Ensayo #1; la Oscuridad y el ensueño.

Pasa de un momento a otro. Diste un paso fuera del camino y entonces te hiciste, oscuridad.


O no. La oscuridad te amenaza mientras se acerca, te acecha y te deja elegir: ¿te lanzas a ella entregándote, como lo haces con las olas del mar? ¿o detienes tus pasos pensando que aún puedes evitar su embiste?
Romperse totalmente, para después volverse a armar... resurgir... ¿alguna vez fuiste una roca grande? ¿qué tan grande Gato Negro, como la más grande del mundo?


Ahora yo te cuento que todas las arenas del mar fueron alguna vez roca. ¿Y si te gusta la idea del mar? Abraza la ola, Gato Negro, porque es lo único que puedes hacer, lo único que debes hacer: abrazarla y dejarla romper, atrás de ti.


Aquí no hay nada que hacer, te repites preparándote para la lucha y te llenas de luz: dejas entrar el aire y te hace cosquillas bajo los brazos y te sube hasta las comisuras de tus labios, recordando líneas vivas en la piel apenas descubiertas también en la penumbra de otros momentos que también fueron oscuridad.


Es el conejo que se ha salido de la luna, sostenido por una vasija de barro, de tierra. Abajo hay unas llamas de sol y curiosamente, el conejo mira la luna desde fuera, entre la luz y la oscuridad: sustraerse para encontrarse...


¿Qué no trata de eso la vida? de entender que en cada paso todo habla de ti y tu hablas de todo, de todos... creo que no importa si la nostalgia se apodera o es la fuerza y la luz; cada paso se vive así, abrazándolo, sin mirar pa' atrás por que ahí no hay nada que hacer. Haz pues, lo que te haga más sentido "por que la ruina trajo consigo, y de la mano, las musas". Baja los escalones enmohecidos por la selva y quiebra; recorre con los dedos las raíces torcidas de los árboles y las veredas; destuerce, y vuelve a quebrar. Encuentra-te entre maletas y pasos, entre agua que cura y limpia y desnuda el alma, llenando de luz la sordidez...




Te sueño sonriendo, un halo cálido se desprende de mi cuerpo desnudo, dormido en tu recuerdo y dormido otra vez, en esta cama. Te sueño con la mochila atrás, ligera, abrazando el aire con los pulmones, llenándolos de nubes... exhalas y tu hálito vuelve a mí despertándome un poco, sumida en la oscuridad de las sábanas donde nos encontramos en otros tiempos, en otras olas, en otros sueños...