Y la casa se quedó en silencio,

y franjas verdes empezaron a crecerle en todos lados...

Texto en pedazos, inconexo.

Te miro desde lejos, con toda una carga emocional en mi vientre.
Estas abajo en las filas, entre los asientos, mirando al frente.
¡Shopenhauer, Shopenhauer! Digo, sin lograr que voltees.


Sabía que te iba a encontrar aquí, pero pasó un día y nada, y pasó otro día y nada.
Y a pesar de que había pensado con seguridad que iba a pasar,
Verte me revolvió desde abajo como si fuera una sorpresa.
Mariposas empezaron a salir desde dentro de mi boca y mis orejas.


El salón se volvió frío y las palmas de los asistentes parecían venir en ecos,
Y yo quería que el peso de la mirada tocara tu hombro.
Una mariposa se posó en tu mano, y tu aplaudiste también y la mariposa se fue, volando.


Todo acababa, hasta el tiempo para verte otra vez y decirte: te he extrañado.
Y yo quería correr y dejar orgullo y tristeza y con fuerza llegar frente a ti.
Pero esperé. Y tu tampoco veniste. Y me di cuenta que yo no podía andar el trecho,
No podía otra vez.