miércoles, marzo 01, 2017

Solo pasó

"Sólo pasó".
Te escribo en mi cabeza mientras te toco la espalda.
Te abrazo y nos arropamos, el viento lleno de reminiscencias.
"Te he esperado" garabateo en líneas cursivas. Lo borró y reescribo: "Te he pensado".
"Te he imaginado así, dos veces, mil veces, todas las veces, algunas noches".
"He enredado mis dedos obstinados en las curvas que dibujan tus cabellos."
Mi voz pugna por salir, pero yo la callo, la mantengo adentro.
Te lo digo todo, sin embargo callo. "Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada."


Las estrellas nos cobijan mientras tus manos me desnudan. No tengo frío, todo arde, dentro. Me enredo en tu cuerpo, te dejo hacer.
"Ella hacía arder el pasado en sí mismo, como hacen las estrellas, que también son, sencillamente, el pasado en llamas"
"Estamos en el último día que te dejé de ver" pero no estamos en el pasado hace 5 años, estamos hoy. Las pléyades se burlan de nosotros, que buscamos a la Osa Menor.
"El garabato de mi brazo habla sobre estar aquí y ahora". Tus dedos entrelazan los míos y te comes mi barbilla. Sonrío a todo lo que he escrito. Arrugo la hoja y la aviento a las copas de los árboles.


"Te he pensado", vuelvo a escribir con insistencia para decirte que no he podido dejar de pensarte. Lamo tu vientre. Muerdo suavemente tu vientre.
"Te he sentido", en muchas noches jugando a imaginar el lugar donde quisieras estar "en la curva de tu abrazo" te escribo, te digo aunque callo; te huelo, te beso e hilvano palabras nuevas para no decírtelas: "La memoria tiene cuerpo, o el cuerpo tiene memoria y embono ahora en la curva de tu cuello, respirándote".


"¿Cuándo fue la última vez que viste una estrella fugaz" te escribo otra vez para continuar escribiéndo-te, creándo-te. -Ésta noche-, me contestas y ries. Pide un deseo, pide mil deseos. Desea. Deja chorrear tu vehemencia sobre mí, dentro de mí, rebosa de deso, de humedad,"Abraza la eternidad en cada instante" me repito en este texto, como en otro texto, en otra realidad paralela.


Las estrellas cruzan el cielo y, fatuas, dejan huella sobre nuestra piel. -Te perdiste una estrella fugaz- Me dices mientras beso tu pecho y yo niego con la cabeza: he visto su estela, he ardido en su trayectoria y me he perdido entre sus cenizas estelares y, hecha polvo de estrellas, me he posado en tus ojos, para siempre en éste breve momento que ha durado, toda una eternidad.

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