jueves, febrero 28, 2008

Febrero flojo (hopes)

Dicen que febrero loco y marzo otro poco. Para mi febrero fue flojo y espero que marzo no lo sea, que pueda escribir, aunque sea estampas estúpidas de perros cogiendo a media calle que nadie leerá, aunque sea historias maravillosas unidas por estómagos hambrientos que, tal vez, tampoco nadie leerá. Espero que marzo sea esa nueva oportunidad de estar, de ser, de alimentarme de letras que fecunden mi interior con más letras...
Ayer te ví. Te dejé acercarte, aproximarte hacia a mi, rozando tus labios finos por al rededor de mi cuello, de mis mejillas, pero sin dejarte tocar mi boca, como si todo fuera tuyo menos mis labios. Te dejé acercarte, aproximarte hacia mi cuerpo que empezaste a tocar como si tuvieras 15 años y empezaras a descubrir las formas de una mujer yacente frente a ti, alejándome y poniendo de barrera la distancia entre dos asientos de auto, como si el freno de mano pudiera en verdad detenerte, y que a tí, sin importar clavártelo en la pierna, ahí, directamente al muslo, parecíate una barrera insignificante, nimia y te acercabas, como queriendo dejar tu asiento sin dejarlo, esperando que no pasara una patrulla y deslumbrara las ventanas del auto con sus luces azul-rojizas, con los destellos de lo prohibido, como si no estuviéramos siendo grabados por las cámaras del banco frente a las que nos estacionamos, como si desconociéramos que estábamos en la calle más transitada del puerto, en una esquina crucial en la que alguien conocido podía pasar, era una buena hora, pero no te importaba con tal de romper la distancia y alcanzar mis labios que una vez unidos a ti, mordisqueaste y lamiste como algo que tuvieras dentro de tu boca, tocando con tu barbilla mis senos que se levantaban hacia a ti. Te dejé aproximarte, acercarte por un momento que debía no haber existido, que debía haber sido pequeño y afuera del carro donde no nos podían poner una multa, donde el puerto no es moralista y lo permite todo, en la calle, lejos del carnaval, pero con la sal en la piel, con la arena haciéndo remolinos en el cabello, acercándose a los rescondrijos del cuerpo a los que tu también querías llegar.

sábado, febrero 23, 2008

Lo que dejó el carnaval

Dejó, entre otras cosas a Fox con un gorro de cartón.
Dejó esperanzas de encuentros xalapeños y un hállito de Borges entre olores a cerveza y luces de color verde, entre orina chilanga en el boulevard, dejó palabras en español mal dichas y títulos rogando de libros que rogaban el poder expresarse en un idioma que no el natal.
Adioooooosssss...

martes, febrero 12, 2008

Te soñé...

Otra vez. Entre maletas de aeropuerto, entre barullo de viajeros y un halo de color blanco que despedía todo el rededor. Traías una mochila languiducha y una guitarra ansiosa que resbalaba por tu hombro, traías algo que no se que era que me metí a la boca y un perfume de viajero parisino que se confundía con tu olor de no bañarte en varios días mezclado con un poco de azafrán (de una paella que no comiste). Me pasabas maletas y guitarras, saludos amarillos y un beso que habías guardado para la ocasión. Me llevabas a tu casa donde conocía a esos personajes que sólo en foto y por computador conocía, pero antes me dabas un beso, sin empezar en los labios, besando primero mi mejilla, pasando con mordiscos de labios por la cara y luego, cuando querías besar mi boca, tenías que sacar primero lo que me había metido, eso extraño, de color opaco que aún no sé que era. y entonces ocupabas su lugar...
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