De rojo te ves bien

He de enviar hoy a la escuela un par de escritos que tengo para ver si me dejan asistir a su taller. Ya he ido a uno aquí en San Luis, uno en Veracruz y uno en Chiapas. Me he puesto a leer y la verdad es que siento que mis letras están cargadas de... mí.

He amado cada una hilvanada aquí con miel o con sabor a hierro en la boca de los labios mordidos. He amado las piedras pisadas, los ríos fluyendo bajo los pies en puentes que apenas se sostenían bajo la imaginación de una sirena incipiente, de una sirena mujer y loca, que a veces, en sus minutos de cordura, armaba oraciones y así, párrafos.

Le pedí al instructor que me dijera si no valgo "la pena" aunque pensé que lo quería que me dijera era si no valgo madres. El me dijo, "no te preocupes, somos muy sinceros". -ja ja ja- Definitivamente no me refería a la sinceridad, si no a la respuesta.

Ya veremos.

Me parece que tengo que escribir por que, como siempre, se me salen las letras por todos lados. Hoy en la mañana pensé que traía una lagaña de pintura y mascara cuando me miré al espejo después de bañarme. Con un pañuelo intenté removerla de la comisura del ojo y salió una R con sus dos patitas alargadas raspando el interior del lagrimal.

No me mal entiendan, no estaba llorando ni mucho menos y la verdad es que tampoco sé por qué sería una "R". Se me hizo raro, epecialmente cuando había sido una mañana de comprensión. Había intuído que esa ley que quería establecer de que las mujeres se fueran al trabajo con la piel enchida de caricias era totalemente ridícula.