jueves, junio 07, 2012

Cap. 57


La sirena llegó a la dirección. Un vistazo a la casa le confirmó que era el lugar que estaba buscando. Los ornamentos le parecieron demasiado exagerados, incluso con un dejo de mal gusto... Igual abrió la verja para tocar la puerta con los nudillos. Al hacerlo notó que estaba abierta y a pesar de la negrura que había adentro, decidió entrar.
La recibió un olor a humedad y motas de polvo se alborotaron en la poca luz que se alcanzaba a colar  desde una ventana. Afuera no se notaba, pero las ventanas habían sido cubiertas con pintura desde el interior, la sirena dudó en dar pasos más adelante, pero recordó entonces por qué había venido hasta aquí y tomó valor para adentrarse a esa casa vieja, que haía de develarle los secretos que ella había venido a buscar.
Lo mejor de venir a Escandinavia, es saber
que no, definitivamente
no soy del Báltico.
Tal vez los antepasados, pero
no la sirena de sangre caliente,
esa no .
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