Bendiciones

Hay gente que esta y gente que se va. Gente que vuelve y otras que no vuelves a ver nunca más. Hay gente que es bendición y otras personas que no alcanzan esa definición y que a su vez las bendiciones se les escurren por la piel, sin tocarles.

Hay pocas cosas que permanecen y que aún así se deterioran con el tiempo y también hay cosas que no durán más de un invierno, otras que recuerdas siempre como si fuera ayer.

Dice Uriel que cuando él se muera lo único que le gustaría llevarse son sus recuerdos y yo pienso que mientras este viva esos son cosas que no quiero perder.

Hoy, en esta pausa en mi vida que no dura más que und día, en la que esta la maleta hecha y la decisión de qué rumbo tomar esta en la mesa, me pregunto si no he dejado por un minuto de admirar la belleza de lo que veo por el hecho de que tengo la oportunidad de verlo y volverlo a ver. Y hoy que Bob se va, que la vida me recuerda que nada es para siempre, tomo esa maleta y con renovados ánimos camino con la esperanza en mi corazón de que ningún momento olvidaré que estoy viva y que tengo bendición, con la esperanza extendida de ser -a su vez- bendición.