lunes, agosto 09, 2010

Éste era un gato, que tenía los pies de trapo y la cola al revés... ¿quieres que te lo cuente otra vez?

En este momento te me apareces como una imágen en movimiento. Dejas un beso en mi mejija, me sonríes y te alejas... Te devuelvo la sonrisa y veo tu cara irse. Ahora la veo venir bajo el impulso de un swing.... ¿o será acaso que estas sobre las olas? tu ritmo es cadencioso, pero no veo el resto de tu cuerpo, sólo tu cara y me pregunto muchacho, qué será lo que te mece de esta manera.... Suavemente me haces caricias. Ahora el cabello, ahora dibujas los bordes de mi nariz.

Ahora me rodeas y besas mi cuello...

Si.

Creo que es un columpio.

-Cuéntame un cuento muchacho. Te digo mientras te alejas.

Me duevuelves el cuento con una sonrisa. De alguna manera entiendo el principio: trata de la gesta de un niño rojo. Su abuela fue presa por asistir a los mítines y el ambiente aún respiraba la estela que dejó el ché como la figura de una vida posiblemente mejor.

No sé que seguía por que el espacio entre esos ires y venires se fue haciendo más largo y las sonrisas más espaciadas. Era tanto esperar, que en los momentos de cercanía me perdía en esa sonrisa que se te levanta del lado izquierdo y dejaba de escuchar todas esas palabras que ya no decías. Empieza de nuevo muchacho, termina de contárme la historia, o para tu columpio o súbeme en él.

1 Comments:

Blogger Sabino Passepartout said...

en la misma dirección hasta mediados de septiembre, después subo a ver si me deja dormir al amanecer entre sus piernas:

http://tinyurl.com/2v6fw5v

¿tu donde nortes vas?

12:09 p.m.  

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