viernes, febrero 26, 2010

Tienes los dedos amarillos y tus camisas huelen a una mezcla de jabón y lavanda.

Los lentes se te desajustan de vez en vez y al acomodártelos has dejado un zurco imperceptible en tu nariz.

Escribes con todos los dedos, con el método que tu inventaste y ves las pantallas crear letritas y luego palabras y luego párrafos y luego historias...

Convences, comunicas, eres bálsamo y te guardas aquellas palabras oscuras para días más claros, o, tal vez, en días más claros te olvides de las palabras oscuras.

Tu voz debe saber a lo que sabe que dice, debe escucharse como se escuchan las frutas en invierno y debe tener el regusto de los trinos de pájaros en el otoño. Seguramente guarda cuitas en papelitos que echa a volar en un remolino en los días airosos y tu- Salvador- vuelas también sobre las hojitas y las ves caer sobre los árboles, y escuchas tu propia voz caer sobre los árboles.

Para Salvador, bálsamo
siempre
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Mexico License.