viernes, julio 29, 2016

Televisión


Pobremente pero nunca le negué nada. Mi esposo me decía:  "Oye, tu abuelita parece una niña, todo se le antoja". ¿No tienes que me des para ir a ver la televisión?  
En ese entonces, la gente rentaba espacios para ver la tele. Y en San Sebastián había una tienda donde los dejaban ir a ver la tele por unos pesos. "Tome para sus cigarros y su refresco". Fumaba Faritos.

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