Gárgola
Hace tiempo que no paso mis dedos por ésta página blanca. Ahora tiene un poco de pátina y en vez de echar letras me pongo a jugar con ella embadurnando las yemas de mis dedos
Dibujo entonces silueta de una gárgola, la que está protegiendo a un corazón. La dibujo en la página en blanco, pero lo pienso bien y entonces empiezo a pintarme el cuerpo. Le dibujo la silueta a mi pecho y cuando termino parece también un corazón. No puedo detallarla por que la visión que tengo es corta.
Busco un espejo y trato de aumentar mi perspectiva. La pátina sigue siendo abundante y entonces le contorneo las alas, ésta vez le dejo que se expandan y le soplo un poco para que sientan un poco de viento y entonces se animen a volar. El aire que le soplo le causa un poco de frío y mi pecho entonces se endurece, no así la gárgola que parece acariciada por el breve soplo.
Casi está completa, acaso falta un poco detallar las garras: agrego un poco de saliva para que la pátina resbale y alargue la belleza de sus patas.
Me contemplo así, con la desnudez de mi piel contrastando contra el color ora obscuro y mate de su cuerpo, ora brilloso en los bordes de las alas como queriendo escaparse de mi pecho y sentir nuevamente el viento bajo sus alas.
¿Volarás?
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