Silencio

No hay, en absoluto, silencio. Hay reverberación de burbujas en los oídos y sonidos electrónicos que las mantienen en un compás. Se me van a las rodillas y cosquillean hacia arriba, llegan a mi vientre y hacen un alto. Son de colores, ora azul, ora amarillo, ora rosa. Casi puedes probar sus colores, comértelos y llevártelos al vientre ¿seguirán vibrando dentro? Han decidido quedarse ahí por un momento y el silencio que hay entre los dos, el silencio que ha venido en forma de nube y ha decidido instalarse como una nube larga entre dos países, ese silencio empieza a vibrar con el ir y venir de las burbujas. Ya no se ve más como una masa fría, no puede ser más silencio. Te veo desnudo y de frente y mi cuerpo tibio hace eco a tus palabras no dichas. Tus labios no se mueven, no hay nada que decir, pero silencio es lo único que no hay.