martes, septiembre 23, 2008

Mi querido ambulante. El mar es tuyo y ese pequeño resquicio de castillos de arena donde tu mano esta entre mis piernas y tu lengua recorre mi cuello. El suelo es tuyo y te posas sobre escalones, donde tus manos recorren mi cuerpo y tu lengua retoca mis ojos y me llena de humedad. El cielo es tuyo y te escondes en esa cocina donde tu mano se mete en mi escote y tu lengua repasa mis labios. El aire es tuyo y te ocultas en ese pequeño cuarto donde tus manos se posan en mi cadera y tu lengua repasa tus propios labios. Mi querido ambulante. El lugar es tuyo, los recuerdos son nuestros. Tus labios y mis labios se confundieron y en un recuerdo permanecen unidos. No olvides por que el sol no olvida salir y ocupar su lugar en ese mar, en ese aire, en esa tierra, en ese lugar tuyo. No olvides por que el sol no olvida dejar de esconderse en esa cocina, en esas escaleras, en ese cuarto, dejando que la obscuridad nos protegiera de todo los demás....
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