miércoles, noviembre 28, 2007

Soledad se llamaba la banquita en la que se sentó Alicia, en el país de las maravillas.
Miedos se llamaban los troncos que creaban la banquita en la que se sentó Alicia, en la que nos sentamos cuando no sabemos para donde avanzar...
Hace unos días leí que si no se sabe a dónde se quiere ir, qué importa qué camino se escoja... pero tal vez es que nos han educado para tener miedo que siempre nos preocupamos por las cosas que vengan con las elecciones que hacemos, tal vez es que tenemos miedo por lo que nos ha pasado o por lo que nos han hecho, tal vez por ninguna de las dos y tengamos miedo por aquello de que lo que hacemos se nos regresa y al doble... no lo sé.
Lo que si sé es que a veces esos miedos nos detienen, nos dejan sertarnos sobre ellos, esperar, tal vez hasta dormirnos sobre ellos, acurrucándonos, como si estuviéramos sentados bajo una dormidera....
Aunado a ello se dice que lo que pasa siempre es lo mejor y la pregunta es ¿hasta donde debería hacer uno, hasta donde tomar decisiones y hasta donde dejar que las cosas se acomoden porque yo no sé hasta dónde quiero llegar?
Soledad se llama quien abraza mis sueños por las noches, a pesar de que este acompañado, a pesar de que no haya nadie en casa...
Fotografía el Lencero
Veracruz, México
Invierno, 2007

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

no se hasta donde. llevo 1 año cambiando ése rumbo. si llego te digo. jeje

12:56 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Mexico License.