LEE.

[...] La lectura es un dispositivo para ponernos en contacto con lo que esta más allá de nuestro cercano campo de acción.

La lectura jalona nuestras formas de ser y de pensar hacia ese continente inmenso de lo desconocido... tonifica en los seres humanos la fantasía y la imaginación. Con la lectura desarrollamos la capacidad de hacer presente lo ausente, dotamos a nuestro ser de levedad, aprendimos a fabricar sueños, mitos, símbolos....

Posee la fuerza para fisurar o socavar nuestras ignorancias. La lectura ha sido un disolvente de miedos y tabúes, de temores infundados y prejuicios consuetudinarios.

Y hay más argumentos: La lectura es un apresamiento inigualable para la conversación, el trato, las habilidades sociales. La lectura desde ésta perspectiva nos prepara para el diálogo [...] ya leer es de por sí ponernos en comunión con alguien distinto a nosotros,; pero, y esto es lo más importante, la lectura hace que nuestra individualidad requiera apetito de camaradería: cotar, compartir, charlar, discutir, debatir... son más placentreros y más provechosos cuando hay un caudal de lectura que les sirve de reserva o caldo de cultivo. La lectura, aunque es un acto esencialmente solitario, nos incita a la compañía. Leer: ejercitamiento para lo fraterno.

Tomado de: La Enseñanza Literaria. Crítica didáctica de la literatura

Fernando Vásquez Rodríguez

Kimpres Ltda.