Catársis

¿Qué si estaba todo bien?

La verdad, aunque no lo deseaba, tenía ese cosquilleo en la panza de querer contestar, de llamar y fingir que todo estaba bien, que no importaba que me hubieras lastimado en lo más profundo de mi ser, que sí, seguía ahí para ti, siendo tu amiga incondicional.... pero YA no podía....

ya no podía más y por eso corría a escribir que ya no podía subyugarse más, que no quería ver como elucubrabas pequeñas ecuaciones por teléfono, no quería que le siguieras doliendo más y sentir cómo podía llorar cuando hablaba de ti, de que habías dejado tu amor morir, poco a poco y que sin más, se lo habías dicho...

Tenía que hacer catarsis como le hace un perro cuando ha comido de más, o cuando algún condimento le hizo mal....

Sólo esperaba que ese perro no se comiera lo que acababa de devolver, que ya no lo oliera con ganas de volver a tenerlo dentro, que se alejara corriendo con sus cuatro patas, como si persiguiera a un gato o como si alguien lo persiguiera a él....

tenía que correr.....

y.....

volar sobre el mar,

rumbo a ningún lugar,

conocido aún

y.....

el viento al soplar,

vuelve a despeinar,

nuestra seguridad